HIMNOS VESPERTINOS DE PLEGARIA Y ACCION DE GRACIAS
Que las bendiciones de lo alto fluyan y embellezcan al Amor humano, que por gratitud enviamos a vosotros los Ángeles del día.
Aceptad nuestro amor y oraciones de gratitud y ayudadnos a vivir y a trabajar de tal modo que siempre y día tras día vuestras huestes nos encuentren cada vez más con vosotros.
Imploramos esta noche vuestra tutela para todos; estad con los niños, los ancianos y los enfermos.
Rodead sus lechos con las alas de la vida y la paz.
Protegedlos, os rogamos, hasta la aurora y que, al volver una vez más el sol a darnos vida, calor, y luz, volvamos a empezar nuestra obra con salutaciones y alabanzas a aquel que es Padre de todos nosotros.
Que muy juntos todos sus humanos y angélicos hijos trabajen en su nombre para alcanzar el glorioso día en que nuestro mundo y el suyo reine sólo su voluntad. AMEN.
La noche nos congrega al cerrar nuestro terrenal día, y ahora aquí nos congregamos, nuestra angélica hueste, para ofrendarte nuestro Amor y gratitud, para darte las gracias por tu servicio.
Que aquellos que trabajan siempre, noche y día, derramen sobre ti múltiples bendiciones, te envíen su Amor y gracia sobrehumanos, que su compasión y vida te colmen hasta que rebosantes corrientes de Amor caigan de ti hasta nosotros y retornen otra vez a ti, uniendo nuestros corazones con vínculos fraternos, enlazándolos con lazos de amor divino.
Te rogamos que siempre respondas a nuestra llamada, porque siempre estarán para ti abiertos nuestros corazones.
Acercaos más, benditos mensajeros de Dios.
Queremos oír a Dios en el batir de vuestras alas.
En silencio y serenos de corazón y mente te saludamos al cerrarse el día.
Que Él te envuelva en sus brazos hasta que su esplendor y júbilo brillen en ti.
Bendito seas, permanece con los niños esta noche.
Permanece con los ancianos y enfermos.
Que cada lecho tenga su ángel guardián para que todos duerman en paz y despierten a tiempo de sentir la presencia del guardián, aún con ellos. AMEN.
Que las bendiciones de lo alto fluyan y embellezcan al Amor humano, que por gratitud enviamos a vosotros los Ángeles del día.
Aceptad nuestro amor y oraciones de gratitud y ayudadnos a vivir y a trabajar de tal modo que siempre y día tras día vuestras huestes nos encuentren cada vez más con vosotros.
Imploramos esta noche vuestra tutela para todos; estad con los niños, los ancianos y los enfermos.
Rodead sus lechos con las alas de la vida y la paz.
Protegedlos, os rogamos, hasta la aurora y que, al volver una vez más el sol a darnos vida, calor, y luz, volvamos a empezar nuestra obra con salutaciones y alabanzas a aquel que es Padre de todos nosotros.
Que muy juntos todos sus humanos y angélicos hijos trabajen en su nombre para alcanzar el glorioso día en que nuestro mundo y el suyo reine sólo su voluntad. AMEN.
La noche nos congrega al cerrar nuestro terrenal día, y ahora aquí nos congregamos, nuestra angélica hueste, para ofrendarte nuestro Amor y gratitud, para darte las gracias por tu servicio.
Que aquellos que trabajan siempre, noche y día, derramen sobre ti múltiples bendiciones, te envíen su Amor y gracia sobrehumanos, que su compasión y vida te colmen hasta que rebosantes corrientes de Amor caigan de ti hasta nosotros y retornen otra vez a ti, uniendo nuestros corazones con vínculos fraternos, enlazándolos con lazos de amor divino.
Te rogamos que siempre respondas a nuestra llamada, porque siempre estarán para ti abiertos nuestros corazones.
Acercaos más, benditos mensajeros de Dios.
Queremos oír a Dios en el batir de vuestras alas.
En silencio y serenos de corazón y mente te saludamos al cerrarse el día.
Que Él te envuelva en sus brazos hasta que su esplendor y júbilo brillen en ti.
Bendito seas, permanece con los niños esta noche.
Permanece con los ancianos y enfermos.
Que cada lecho tenga su ángel guardián para que todos duerman en paz y despierten a tiempo de sentir la presencia del guardián, aún con ellos. AMEN.